MIS ALIADOS

sábado, 12 de noviembre de 2011

Ha pasado más de un mes desde que te marchaste para siempre ...

Ha sido un tiempo extraño, un tiempo en el que aunque no lo parezca, te he echado mucho en falta. Un tiempo en el que siempre has estado en mi mente.

Ahora ya son más de dos meses desde que yo me marché. Aquello también fue un poco extraño para todos, pero sobre todo para mí. Irme tan lejos, sabiendo lo mal que te encontrabas; fue una decisión difícil, pero muchos sabían que tenía que hacerlo. Seguro que algunas personas no lo vieron del todo bien, otras que lo entendiesen que y otras que ni se lo plantearon; pero yo debía seguir mi camino, pero siempre te tuve presente.

Lo más importante de todo esto es que yo sabía que tú querías que lo hiciera, que continuase, y que me labrase mi futuro allá donde fuera; que viviera mil experiencias nuevas. Sabía que confiabas en mí, motivo suficiente para que no te defraudara.

Yo no quería que te fueras.

Concretamente ese día, horas antes de tu ida, compré los billetes para ir a verte por Navidad, pero tuve que hacerlo de nuevo por algo mucho peor.

Es duro tener que salir corriendo, desde tan lejos, por perder a una hermana.

Fueron veintiséis horas de espera, sabiendo que cuando llegase ya no me hablarías. Yo hubiera preferido despedirme de ti dándote un beso, agarrándote la mano; pero no pudo ser, yo no quería que te marcharas.

                Me dijeron que reías en esa mañana, que incluso preguntaste por mí y ya tan solo eso me calma. Te quedaste dormida, se acabó el sufrimiento y se terminó la batalla.

Hacía mucho que quería escribirte esto, pero no encontraba el momento de unas palabras, aquellas en las que decirte adiós; el adiós a mi hermana Rosana

Tan solo decirte que a pesar de todo me encuentro bien, estoy contento con mi nueva vida. Una etapa distinta pero exitosa; en lo académico, lo profesional y lo personal. Yo también necesitaba un pequeño descanso, aquel que disfruto y disfrutaba.

Quisiera terminar con una mención a las personas que siempre la rodearon.

Darle las gracias a todos aquellos que la apoyaron; a Manuel que nunca le falló, a Toñi y Tono  que a diario la ayudaron, a mis tías y cercanos que a diario la visitaron, a aquellos que la acompañaron en la vida real y también en la virtual.

Después de todo esto, la mención especial se la dedico a mis padres. Unos padres que ya han demostrado que se puede con todo, aunque el precio sea este gran sufrimiento. Aquellos que empiezan perdiendo hermanos, padres, sobrinos y hasta su propia hija; sin remedio.

Todo esto no tiene solución, solo queda afrontarlo y recordarlo. No hace falta decir que unos padres no deberían perder nunca a un hijo, pero esto ya ha pasado.

Desde aquí decirle a todos que los quiero, les mando un abrazo inmenso, y que en estos momentos la distancia no es nada.

Alberto